El término MVP —minimum viable product— o mínimo producto viable fue popularizado entre otros por Eric Ries1. Un MVP es una versión de un nuevo producto que permite a un equipo recopilar la máxima cantidad de aprendizaje validado sobre los clientes con el menor esfuerzo.
La definición de MVP se da en el contexto de una start-up. La actividad fundamental de una startup es convertir ideas en productos, medir cómo responden los clientes y luego aprender si pivotar o perseverar. A esto se le llama el ciclo "construir-medir-aprender".
El MVP es esa versión del producto que permite una vuelta completa del ciclo construir-medir-aprender con una mínima cantidad de esfuerzo y la menor cantidad de tiempo de desarrollo. El MVP carece de muchas características que pueden resultar esenciales más adelante. Sin embargo, en cierto modo, crear un MVP requiere trabajo extra: debemos poder medir su impacto.
El MVP ayuda a los emprendedores a iniciar el proceso de aprendizaje lo más rápido posible. Sin embargo, no es necesariamente el producto más pequeño imaginable; es simplemente la forma más rápida de superar el ciclo de retroalimentación construir-medir-aprender con el mínimo esfuerzo. A diferencia del desarrollo de productos tradicional, que normalmente implica un largo y reflexivo período de incubación y se esfuerza por alcanzar la perfección del producto, el objetivo del MVP es comenzar el proceso de aprendizaje, no terminarlo. A diferencia de un prototipo o una prueba de concepto, un MVP está diseñado no solo para responder preguntas técnicas o de diseño de producto. Su objetivo es probar hipótesis de negocio fundamentales.
Los MVP varían en complejidad, desde pruebas de humo extremadamente simples —poco más que un anuncio— hasta prototipos iniciales completos con problemas y características faltantes. Decidir exactamente qué tan complejo debe ser un MVP no se puede hacer mediante fórmulas; requiere juicio. Afortunadamente, este juicio no es difícil de desarrollar: la mayoría de los emprendedores y personas de desarrollo de productos sobrestiman dramáticamente cuántas características se necesitan en un MVP. En caso de duda, simplifica.
Para el PMI un MVP es una inversión en aprendizaje, un experimento donde su objetivo es explorar lo que quiere un cliente potencial. Para ejecutar este experimento, creas una versión de un producto con el menor esfuerzo posible para utilizarlo en el aprendizaje validado sobre los clientes potenciales. Los MVP son experimentos para explorar una hipótesis sobre lo que realmente quieren los clientes. No corresponden a la versión "real" de su producto final porque no están al nivel de calidad o escala con que se produciría el producto final. Dicho esto, los MVP pueden evolucionar hasta convertirse en un producto real, o más exactamente en un MBI —minimum business increment— real, pero la mayoría de las veces evolucionan hasta convertirse en algo más parecido a un prototipo —lo cual está bien porque son una inversión en aprendizaje y nunca estuvieron destinados a ser reales—. Por lo general, un equipo ejecuta el experimento con un subconjunto de sus clientes potenciales para probar una nueva idea, recopilar datos sobre ella y así descubrir que los clientes están realmente interesados2.